La inmediatez en los niños: un fenómeno de nuestro tiempo

La inmediatez en los niños:

un fenómeno de las nuevas generaciones


En nuestra infancia, muchas de las actividades cotidianas requerían paciencia. Si queríamos ver nuestro programa favorito, esperábamos hasta la hora indicada, soportando comerciales entre medio. Las fotografías no se veían al instante, teníamos que esperar días a que se revelaran en un laboratorio. Comíamos en casa, esperando a que la comida estuviera lista, y si queríamos hablar por teléfono, marcábamos el número uno a uno después de escuchar el tono de línea. Ir al cine era un evento especial, y solo podíamos ver una película una vez. Comprar algo específico implicaba recorrer varias tiendas hasta encontrarlo. Incluso la música no estaba a nuestro alcance inmediato: escuchábamos la radio, con la esperanza de que pusieran nuestra canción favorita.

Sin embargo, en la actualidad, la inmediatez se ha convertido en una norma. Los niños tienen acceso a programación 24/7 y pierden la paciencia con los pocos segundos de publicidad que se les presentan. Las fotos se toman y se ven al instante, y en cuestión de minutos podemos tener una comida rápida en nuestras manos. La tecnología ha simplificado hasta las llamadas telefónicas, donde un simple toque en una pantalla conecta de inmediato.

Las películas se ven desde casa, con la posibilidad de pausarlas, retrocederlas o verlas tantas veces como se quiera. Todo está a un clic de distancia: desde comprar un producto específico hasta escuchar la música que queremos, sin interrupciones comerciales.

Este acceso ilimitado y casi instantáneo a todo puede tener efectos adversos en los niños, como la falta de tolerancia a la frustración o la incapacidad de esperar. Entonces, ¿cómo podemos evitar que esta tendencia se convierta en una bola de nieve?


Estrategias para combatir la inmediatez

1. Fomentar actividades manuales: Construir algo con sus propias manos, como modelar arcilla o pintar, ayuda a los niños a experimentar el valor del tiempo y el esfuerzo que requiere crear algo tangible.

  2. Permitir espacios de frustración: Es importante que los niños experimenten momentos en los que no obtienen lo que quieren de inmediato. En estos momentos, debemos acompañarlos sin intervenir, ayudándolos a procesar la frustración de manera constructiva.

3. Juegos físicos, no digitales: Armar rompecabezas, construir torres o jugar a juegos como el Jenga les enseña que, si algo falla, pueden volver a intentarlo. Estos juegos fortalecen la paciencia y la persistencia.

4. Fomentar la lectura física: Proponer la lectura de libros físicos en lugar de libros digitales. Además de reducir la exposición a las pantallas, los niños aprenderán a disfrutar del ritmo pausado de la lectura, sin distracciones.

5. Practicar deportes o actividades al aire libre: Juegos como la cuerda de saltar, fútbol o simplemente volar una cometa les enseñan a disfrutar el presente, donde no hay gratificación instantánea sino disfrute por el simple hecho de estar activos.

6. Cocinar juntos: Involucrar a los niños en la preparación de las comidas les enseña a valorar el tiempo que toma hacer algo delicioso y les muestra que las recompensas más satisfactorias a menudo requieren tiempo y esfuerzo.

Al integrar estas actividades en la vida diaria, podemos ayudar a los niños a encontrar un equilibrio saludable entre la rapidez del mundo moderno y el valor de la paciencia, el esfuerzo y la gratificación a largo plazo.

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